El Colombiano se impuso en Madrid con categoría y como le gusta a él, haciendo sufrir a los rivales.
Zambrano es un tipo especial, sin lugar a dudas, lo ha demostrado desde siempre, pasa que recién el mundo entero se está dando cuenta que el hoy hombre que deslumbra en la pista, es el mismo niño que forjó sus sueños, fuerza y esperanza pedaleando en lo que en Colombia llamamos “bicitaxi”.
Si se ponen a pensarlo, forjó la fuerza de sus piernas, de su mente y de sus sueño a punta de hierro, el hierro de la bicicleta y del carrito que impulsaba para ganarse unos pesos y ayudar a su madre.
Pero como a Anthony poco le gusta hablar del pasado, no porque no esté orgulloso de él, sino porque en su mente está siempre mirar hacia adelante, hablemos de lo que hizo en el meeting de Madrid.
Se enfrentaba con el sudafricano Wayde Van Niekerk, campeón olímpico, un tipo que te corre los 800 tan bien como los 400 y adivinen qué? le ganó.
Si el sudafricano cambio de entrenador, se fue para Estados Unidos y está comenzando un proceso distinto, digan lo que quieran, al final la realidad se vio en la pista, Zambrano le ganó.
Y le ganó como le gusta, haciéndole creer durante 370 metros que le habían ganado, sí, no es que Anthony estuviera atrás por virtud del sudafricano, es que como él mismo dice: “Me gusta pasarlos llegando a la meta”.
Estamos a un mes de las olimpiadas de Tokio, sólo una cosa por decir: Cuidado que el rey está llegando.