Con la partida de Lionel Messi el certamen español queda muy debilitado de cara al futuro.
El astro argentino no logró concreta el acuerdo con el F.C. Barcelona, todo gracias a los topes salariales y de endeudamiento que mantiene la Liga Española de fútbol para poder mantener la “equidad” entre equipos. Cuando estalló la bomba con el comunicado, muchos creyeron que era una presión al presidente del certamen, Javier Tebas, pero no, no retrocedió y ahí el París Saint-Germain hizo la transferencia más grande y rápida de la historia.
Con Messi en la Ligue 1, La Liga española dio un vuelco total, su imagen cambió ya que las máximas figuras del fútbol mundial no compiten en España. Primero fue Neymar en 2017, que se dejó seducir por los ‘petrodólares’ del equipo francés. Esa brecha se siguió abriendo con la partida al año siguiente de Cristiano Ronaldo rumbo a la Juventus, despidiéndose del Real Madrid tras cuatro Ligas de Campeones de Europa y un millar de récords.
Era evidente que el tema monetario sería un factor clave en este juego, a medida que Florentino Pérez hacía malabares para sostener las arcas económicas del Madrid, Josep María Bartomeu al frente del Barcelona despilfarraba el dinero con fichajes sumamente costosos y no supieron adaptarse rápidamente al equipo blaugrana. Esa hegemonía del fútbol español en el ‘Viejo Continente’ marchitó.
Con el impulso económico de externos, los equipos siguieron esperando para cazar a los talentos y mover grandes transferencias. Para entrar en esa guerra de billetazos, el Real Madrid y Barcelona, conjunto a la Juventus de Turín, fueron los socios fundadores de la Super Liga Europea, todo con el fin de ampliar la entrada económica de cara a esa nueva lucha en el mercado de fichajes.
Una liga que fue tan fuerte hoy está pálida. Las figuras ya no escogen su destino por el prestigio de una competición o el atenuante de los dos grandes ibéricos. Desde la dirigencia del certamen y en conjunto de sus equipos, la reforma estructural se volverá necesaria para que en un futuro no muy lejano se vuelva a meter en la pelea, porque por ahora las esperanza entran en los pies de Kylian Mbappé.